La fe genuina reconoce que Dios es el autor de toda dádiva
Tema: La fe genuina reconoce que Dios es el autor de toda buena dádiva
“Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” Santiago 1:16-17
1.Introducción – En la lección anterior vimos que Santiago afirmó que la impecabilidad de Dios imposibilita que la tentación proceda de Él. Hay dos caminos potenciales en las pruebas y tentaciones: (1) atravesarlas con perseverancia nos hará madurar y crecer (Santiago 1:3-4,12) ó (2) darle lugar a los deseos egoístas que nos dirigen al pecado y la muerte (Santiago 1:14,15). Santiago demuestra que el hombre es responsable, y al mismo tiempo culpable, cuando cede a la tentación. ¡Cuán tonto es sucumbir a la tentación y luego culpar a Dios por los resultados! En los versículos 16 al 18, el autor declara, que en lugar de originar las tentaciones, Dios, como nuestro Padre, provee bendiciones para sus hijos.
2.Amados hermanos míos, no erréis – No nos engañemos, dejemos de culpar a Dios y culpémonos a nosotros mismos. Miremos hacia nuestro interior. Un sabio predicador dijo que en el bautismo, no ahogamos la carne; ésta sigue con nosotros. Tenemos que trabajar con los malos deseos; entregarlos a Cristo y reconocer nuestra debilidad. No podemos exponer nuestras emociones a todo lo que nos atrae. No permitamos que malos deseos cautiven la mente. El apóstol Pablo escribió: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). También escribió: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” (2 Corintios 10:4-5). Debemos de saber dónde está el problema, no nos engañemos. La palabra griega que se traduce “erréis” es “planáo” y significa “guiar por mal camino”, “extraviar”, “hacer deambular” y metafóricamente significa “guiar fuera de la verdad”, “dirigir hacia el error”, “engañar” . Aquí Santiago hace una prohibición terminante; les ordena detenerse y regresar al camino correcto. A pesar de su firmeza, Santiago manifestó también su ternura pastoral. Se refirió a sus lectores como “amados hermanos míos”. A causa de nuestra nueva relación con Cristo, la palabra “hermanos” ha adquirido un mayor sentido de intimidad. Vemos un equilibrio entre la firmeza y la fraternidad, entre la amonestación y el amor.
3.Toda buena dádiva y todo don perfecto - Aquí está el corazón del texto. Nadie puede culpar a Dios por el pecado porque toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto. Contamos con una naturaleza que da lugar al pecado. Dios no lo hace. La naturaleza de Dios es tal que sólo produce bondad. Esto tiene dos lados: (1) en el lado negativo, lo que está diciendo es que Dios nunca podría producir el pecado; (2) en el lado positivo, lo que está diciendo es que Dios va a derramar cosas buenas, más cosas buenas y más bien sobre nosotros. ¿Por qué ir tras anzuelos cebados para alcanzar satisfacción cuando Dios está derramando todo lo que necesitas para toda tu satisfacción? Dios nunca produce maldad, Él da buenas dadivas y dones perfectos. Si tenemos en Cristo, por la gracia de Dios, la fuente de vida, ¿por qué beber de otra fuente que lo que produce es muerte? (Jeremías 2:13). Cada acto de dar y cada regalo dado en el acto de dar es bueno y perfecto. Bueno significa bueno, no hay comparativa para ello, es completo, no falta nada, es suficiente, es perfecto. Cada buena dádiva, cada buen regalo que da Dios es perfecto, beneficioso. No es de extrañar que Jesús dijo en Mateo 7:7 - “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” Añade en Mateo 7:11 - “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Es tonto ir tras los anzuelos y trampas cebadas, atraídos por la lujuria cuando Dios tiene un suministro interminable, toda buena dádiva y todo don perfecto. Dios ha guardado lo mejor para ti. Satanás trató de decirle a Eva que Dios retenía cosas buenas de ella (Génesis 3:1-5). Ella compró esa mentira y pecó. De igual manera vemos el pecado de David. Leamos 2 Samuel 12:7-9: “Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, 8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. 9¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón”. Fíjate que Dios le dice todo lo que le dio, que tomó en poco Su palabra y cedió a la tentación y pecó contra Dios.
4.Padre de las luces - Esta era una manera antigua de los judíos de referirse a Dios como el Creador. Las luces que tienen en mente son el sol, la luna y las estrellas. Dios es el padre de las luces, pero con Él no hay variación ni sombra de variación. Él es quien creó todos los cuerpos estelares. Él creó a todos ellos, pero no es como ellos. Ellos cambian, se atenúan. Ellos traen la luz. Echaron sombra. Su beneficio para nosotros va y viene. Dios no es así. Es la luz brillante de la gloria y la luz de la bondad y la luz de la gracia. No es variable. No tiene sombras. Nunca se oscurece. 1 Juan 1:5 dice: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él”. Malaquías 3:6 dice: "Porque yo Jehová no cambio". No hay días en que Dios deja de dar dones espirituales. El flujo de las cosas buenas de Dios nunca varía, nunca se detiene. Las corrientes de misericordia no cesan, nada puede eclipsar la bondad de Dios, nada puede detener su benevolencia. Nada puede interrumpir el flujo de la luz celestial. Dios da todo bien y sólo es bueno. ¿Quién es responsable por el pecado? Nosotros somos responsables por nuestras faltas y pecados.
5.Primicias de sus criaturas - Santiago 1:18 dice: “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”. Dios no quiere que nosotros pequemos porque Dios nos regeneró para hacernos como Él. La naturaleza de la regeneración se opone al pecado. Dios nos dio nueva vida. La codicia engendra muerte, pero Dios engendra vida. Dios no nos tienta para que hagamos el mal, nos recreó para hacernos bien. Él nos regeneró para ser una nueva creación de su propia posesión. Tenemos en nosotros esa nueva creación que nos permite superar el mal si usamos los medios de gracia, las armas de nuestra milicia, que no son carnales, la oración, el estudio de la Palabra de Dios y una mente disciplinada para detener el pecado en el punto en que se inicia.